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La Filatelia y Rotary

Autor: Juan Arturo Vásquez Velásquez 

Desde la aparición de la primera estampilla en el mundo, allá por el año 1840, son muchos los hechos históricos y personajes que han sido representados en los sellos de correo a lo largo de la historia: personajes famosos, héroes nacionales, batallas, independencias, flora, fauna, etc.

Las estampillas no solo han servido para el correo postal sino también para representar muchos temas de interés y hechos históricos de diferentes países del mundo; por tal motivo Rotary no puede escapar a la larga lista de temas que han sido inmortalizados en las estampillas de correo.

La primera estampilla con temática de Rotary apareció en 1931, cuando se reimprimió un sello en Austria (sobre un sello oficial), alusivo a la Convención de RI que tuvo lugar en Viena. También se emitieron estampillas para conmemorar otras Convenciones de RI, y otras reuniones de carácter regional como la 10ma Conferencia Regional Sudamericana llevada a cabo en Santiago de Chile en 1960.

En 1955, cuando Rotary cumplió 50 años, 27 naciones imprimieron sellos postales, muchos de ellos con las conocidas imágenes rotarias, como la rueda dentada, utilizada en Grecia junto con el número 50. Asimismo, se recurrió con frecuencia a imágenes de Paúl Harris y escenas típicas de los países emisores.

Para el 75 aniversario de la entidad se emitieron sellos en Benín, Chipre, Yibutí, Dominica, Ghana, Irán y otros países. El servicio postal de las Antillas Holandesas imprimió varias postales y sellos, además de un matasellos con la forma del emblema de Rotary, y en las Maldivas se emitió una serie de estampillas alusivas a las Subvenciones 3-H.

De este modo la filatelia ha logrado difundir a nivel mundial la labor humanitaria que realiza Rotary en diferentes partes del mundo.

Por esa circunstancia, todos los países del mundo donde existe un club rotario emiten sellos postales conmemorativos a la fecha de fundación, a la labor que desarrollan, a los emblemas que lo distinguen y a los hombres prominentes que se destacan en la sociedad en beneficio de sus semejantes.

Numerosos rotarios se dedican a la filatelia conmemorativa de Rotary. Desde 1955, una entidad conocida como Agrupación Internacional de Filatelia Rotaria se ha dedicado a coleccionar e investigar sellos relacionados con Rotary.

Actualmente Rotary Internacional tiene registrado más de 500 sellos postales, lo cual constituye un desafío temático interesante, confirmando los fines humanitarios de sus 105 años de vigencia y por los que seguir bregando.

Las fichas de Éten

Autor: M. Elmer Fernández Gastelo

La Compañía del Ferrocarril y Muelle de Eten puso en circulación unas fichas metálicas de valores de 10 y 20 centavos respectivamente elaborados en cobre, y según información de antiguos pobladores, estas fueron de uso como medio de pago a los jornaleros de esta compañía de aquella época.

El uso de fichas con valores monetarios generalmente fue de bajas denominaciones y bastante extendido en las grandes empresas ferrocarrileras, mineras, guaneras y haciendas. Esta práctica fue introducida por los ingleses desde el inicio de la era industrial con la llegada de los ferrocarriles, especialmente si estas grandes empresas tenían una gran población cautiva, las había de: fichas salario, que servían como medio de pago; fichas de carretada y fichas de determinados productos: como las de la hacienda Pomalca que tenía ficha de leche, de carne. 

Muchas de estas tenían leyenda incusa, es decir estampadas de un solo golpe, estas fueron elaboradas también en latón, así como en vulcanita como es el caso de la hacienda ganadera de Ucupe. Esta práctica se convirtió en abuso en muchas empresas ya que, al elaborar sus propias monedas particulares, prácticamente controlaron el consumo de sus obreros ya que estaban obligados a recibirlos, así como también a gastarlos dentro de la misma y en la mayoría de los casos, en sus tambos solo se expendían víveres, coca, tabaco y aguardiente. (Imagen del propietario Aldo Gonzáles Fuentes).

El legado histórico coleccionable de Eten

Autor: M. Elmer Fernández Gastelo

El año 1874 fue el año de despegue económico para la región Lambayeque y especialmente para Eten, el primer ferrocarril del departamento ya había iniciado sus labores a mediados del año 1872 junto a un muelle construido sobre las aguas marinas de este distrito. En aquella época nuestro país tenía el privilegio de producir el azúcar de mejor calidad a nivel internacional y cinco de las mayores fábricas azucareras se encontraban en nuestra región de Lambayeque, de las cuales Pomalca, Tumán, Cayaltí y Pátapo realizaron la exportación de su dulce producto a través del ferrocarril y muelle de Eten. La actividad portuaria que se desarrolló gracias al muelle y ferrocarril fue una gran fuente de trabajo para este puerto que produjo inmigración de otras regiones para realizar diversas actividades y de esta manera la población se incrementó considerablemente en este distrito. 

En el país la economía y especialmente la emisión de billetes estaba enmarcada en la época de la banca libre, en la que bancos, empresas de ferrocarriles, haciendas y otras empresas ponían en circulación billetes particulares. Eten pone en circulación billetes de 5, 10 y 20 centavos el año 1877. Estos billetes a diferencia de Trujillo y Pasco en donde sus billetes fueron emitidos por las mismas empresas ferrocarrileras que operaban en su jurisdicción, en Eten los billetes fueron emitidos por su municipalidad, esta emisión se justificaba por la gran escasez de fracciones de sol, como los quintos, los dinos y medios dinos que eran acuñadas en plata. 

Cabe mencionar que Puerto Eten aún formaba parte del distrito de Eten y recién en 1906 es elevado el puerto a categoría de distrito. El origen de estas copias de billetes fue proporcionado por el coleccionista David Cotrina, quien manifiesta haberlas copiado de un antiguo libro que solo mostraba las imágenes de estos y carecía de información al respecto.

Ficha de la “gota de leche” de Pomalca

Autor: M. Elmer Fernández Gastelo

Uno de los beneficios sociales de la época de la hacienda fue la “Gota de leche”. Este beneficio solo alcanzó a los menores hijos de los empleados, mas no a los hijos de los obreros. El lugar de despacho de estas raciones de leche fue uno de los ambientes del antiguo mercado que fue construido el año 1943, donde hasta la actualidad se puede observar en la parte superior un alto relieve con la inscripción “Gota de leche”, la misma que nos brinda información del tiempo de uso de estas fichas. 

La palabra ficha fue bastante empleada en el vocabulario de los pomalqueños hasta finales de los años 1960 que corresponde a la etapa de la hacienda, los había: Ficha de la carne, ficha del pescado, comer a la ficha.  Estas eran elaboradas de cartón donde se indicaba la cantidad en libras (peso) de la ración a recibir, los había de 1, 2, 3 libras, de acuerdo con la cantidad de miembros de la familia y así los conocimos aproximadamente desde los años 1950. Años atrás, probablemente desde los años 1920 estas eran de bronce y de forma circular, semejante a las monedas.

Los hacendados De la Piedra, dueños de la hacienda Pomalca, para un mejor control en la entrega de la ración que constaba de una taza de leche a cada niño hijo de empleado, acuñaron en los talleres de su fábrica unos círculos de bronce en forma de moneda, conocidas como fichas. Estas eran repartidas los fines de semana junto al pago entre los empleados de la hacienda, de acuerdo con el número de hijos menores que tenían para ser canjeadas por una taza de leche cocida. 

En la cara de esta ficha aparece al centro el logotipo de la hacienda y la leyenda “Sociedad Agrícola Pomalca” y en el reverso están acuñadas las letras LP que representan las iniciales de su apellido La Piedra y la leyenda “Gota de leche”, no tienen fecha de acuñación. Está hecha en bronce con un diámetro de 36 milímetros y 1 milímetro de grosor y un peso de 9,7 gramos.

Los billetes de Chiclayo y Lambayeque

Autor: M. Elmer Fernández Gastelo

Por el año 1876 el reciente creado departamento de Lambayeque (1874) con sus dos únicas provincias de Chiclayo y Lambayeque proyectan la emisión de sus propios billetes, tal como lo venían haciendo desde el año 1862, en la época conocida como la Banca Libre muchos bancos, mineras y haciendas con emisiones de billetes particulares, entre ellos los departamentos de Piura, La Libertad, Lima, Arequipa y Tacna, a través de bancos establecidos en sus capitales. Cabe destacar que a diferencia de los mencionados departamentos que emitían a nombre de bancos, en el departamento de Lambayeque al no haberse establecido banco hasta esa fecha, este proyecto de billetes de 20 y 40 centavos tendrían la garantía de reconocidos comerciantes, hacendados y empresas radicados en Chiclayo y en Lambayeque como: Solf y compañía, Seminario Hilbck y Cia., Descalzi Hnos., Puccio y Pérez, Simón Condemarín, Gregorio del Castillo, Juan Aurich, Juan Ruiz, Celedonio Lecca y Alfredo Lapoint. Los mismos que figuran en el reverso del billete de 20 centavos dentro de la columna central.

Estos prototipos de billetes sólo quedaron en proyecto y nunca circularon ya que las emisiones de billetes particulares en el época de la Banca Libre iniciada en el año 1862 estaba llegando a su fin el mismo año de fechados estos billetes de Chiclayo y Lambayeque por la declaratoria de la bancarrota fiscal, y al año siguiente en 1877 se ponía fin a todo billete privado como consecuencia del retiro del respaldo del gobierno a los bancos privados para la circulación de sus billetes, cambiándose a partir de la fecha al sistema del billete fiscal  brindando respaldo solo a  la Compañía de Obras Públicas y Fomento del Perú. El mismo año también se presentó el proyecto de Ley para crear un Banco Central y así asegurar el retorno de la moneda metálica de plata de ley 9 décimos que se había dejado de acuñar desde 1876 y los billetes habían perdido aceptación y eran cambiados a precio muy bajo con respecto a las monedas; el gobierno asume la quiebra de los billetes privados e inicia la incineración de estos y reinicia la acuñación de  monedas, pero ya no en plata, sino febles de níquel y cobre, dos años después se inicia la emisión de billetes fiscales conocidos como “La República del Perú” y se vuelven a acuñar monedas de plata desde el año 1879.

Estos billetes prototipo no tenían serie, inclusive el de 40 centavos aún no está terminado; ambos billetes fueron diseñados y debieron imprimirse en la litografía limeña de Abele y Compañía. Aunque nunca circularon son considerados de gran valor histórico. Estos prototipos de billetes fueron subastados en los EE. UU. en el año 2014, desconociendo su destino.

Billetes vale de la antigua Hacienda Pomalca

Autor: M. Elmer Fernández Gastelo

La emisión exclusiva del billete peruano por parte del estado se inicia con la creación del Banco de Reserva del Perú el año 1922. Antes de esta fecha fueron los bancos privados y las grandes compañías las únicas autorizadas mediante ley a emitir billetes de circulación regional y nacional, como es el caso de las compañías de ferrocarriles, vapores, tranvías, etc. Sin embargo, en las antiguas haciendas azucareras, así como en las mineras, donde existía una gran población cautiva, también se emitieron ciertos “Billetes - Vales” de circulación interna y de uso “no obligatorio” entre sus obreros. Este es el caso de las haciendas azucareras norteñas de Pomalca, Cayaltí, Úcupe, Larán, Cartavio, Laredo, Casa Grande y Roma. 

En nuestro caso, los “Billetes – Vale” de la hacienda Pomalca de 5 y 10 centavos que se muestran en imágenes proporcionadas por Peruvian Banknotes Service a través del señor César Corrales, quien consiguió un permiso para fotografiarlos de la bóveda del Banco Central de Reserva del Perú, no se conoce de la existencia de otro espécimen de la misma denominación ni en otros valores, ni en el mismo Pomalca, donde ha sido totalmente desconocida su existencia por las últimas generaciones. En entrevistas realizadas a los más antiguos obreros de la época de la hacienda solo existe un único relato de un antiguo herrero llamado Martín Olivos Rodríguez quien recuerda a estos pequeños Billete – Vale haberlos recibido como pago por su trabajo aproximadamente hasta el año 1933. “Nos daban un fajo de estos pequeños billetes   que solo podíamos pasarlo en los tambos de la hacienda, así como pagar nuestra entrada al cine de Pomalca, en Chiclayo este billete no era aceptado”.

Estas emisiones de “Billete - Vale” no tenían autorización legal alguna por parte del estado, por ello no están expresados en el Billete – Vale. Sin embargo, estos fueron elaborados con alta calidad y litografiados por la editora Carlos Fabri. A estos, además les fueron aplicados sellos de agua de la hacienda, seriados y firmados por el administrador de la época el sr, Gerardo Klinger. No tienen fecha de impresión, no obstante, por la firma podemos afirmar que fueron impresos desde finales de la década de los años 20 del siglo pasado. 

Para los pomalqueños fue todo un gran acontecimiento la presentación de estos Billete – Vale en réplicas en la Exposición fotográfica denominada “Pomalca 100 años de historia” realizadas el año 2013 y fue considerada una joya histórica desconocida por las últimas generaciones y olvidada por los más antiguos obreros de la hacienda Pomalca. 

Cabe mencionar que estos Billetes – vale de 5 y 10 centavos, a pesar de la inscripción en el reverso “La aceptación de este vale es completamente voluntaria” los obreros estaban obligados a recibirlos, así como también a gastarlos dentro de la hacienda y en la mayoría de los casos, en estos tambos solo se expendían víveres, coca, tabaco y aguardiente.